Tu el camino y yo lo sigo,
tu presencia intangible
siguiendo tus huellas
abandoné mi morada,
crucé el mar
y rompí el destino
aferrada al amor en la distancia
sabiendo que nunca arribaría a alcanzarte
y sabiendo no puedo dejarte
si no te siguiera
me quedaría sin nada.
Heme aquí
en el barco que dirijo
hacia la luz del faro,
rumbo fijo,
sabiendo y no evitando
que antes de llegar
me estrellaré en los riscos,
y aún sabiendo mantengo rumbo,
si cambiara sería deriva
el fin en la espuma
o mar infortunada,
no puedo,
si cambio el rumbo
me quedaría sin nada.
Mariant Iberi.
6 comentarios:
Te aseguro que si tuviera que elegir entre tu prosa o tu poesía estaría en un apuro pero puedo asegurar que ambas estan llenas de tu sensibilidad y maestría con las palabras.
Este poema es...no tengo forma de expresarlo. Me identifica tanto y me reconozco emocionada.
Besos amiga por este arte que aquí dejas.
Llego aquí desde tu comentario en mi post de Poetas Anónimos y descubro coincidencias curiosas (nuestra situación geográfica, aunque la mía está en un pequeño pueblecito del que me enamoré hace unos años)...
y sobre todo, tu forma de describir los sentimientos.
Dirige esa nave, porque estoy segura de que llegará a buen puerto sin naufragar; siempre encontrarás esa luz salvadora.
Te sigo desde hoy y me alegro de haberte encontrado.
Un beso
Muchas gracias siempre Geraldine por tus generosas palabras.
Besos.
Gracias María, la tierra de la luz es fecunda e inspiradora y muchas gracias por ese ánimo tan necesario a veces.
Un gran abrazo.
Maravillosa poesía que me encantó y que comprendo y me identifico pero coincido con María, tu no te estrellarás en las rocas, tu llegarás a puerto, llegarás al puerto que quieras.
Un besazo
Gracias Asaysa, amiga siempre. Un gran beso.
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